Calzado infantil

La función del calzado es proteger al pie, tanto del exceso de frío como del exceso de calor, así como de los golpes.

Los pies de los niños están en desarrollo, por lo que es muy importante elegir correctamente el calzado y no debemos dejarnos influir por las modas o la estética sino de las recomendaciones que nos dan los expertos.

Los pies están en constante desarrollo y evolucionan de manera diferente según la edad y el desarrollo de la marcha. Es por esta razón que el calzado recomendado en la infancia es diferente según los más pequeños van creciendo.

Recomendación de calzado por edades:

• Desde el nacimiento hasta la fase de gateo el calzado no se recomienda; unos calcetines o unos patucos son suficientes para proteger al pie del frío.
• Durante la fase de gateo el calzado debe ser flexible y ligero, de tejidos nobles y con protección en la puntera y en el talón; la suela debe ser blanda de 2-3 mm.
• La deambulación comienza entre los 12 y 18 meses normalmente, y en esta etapa el calzado debe tener suela flexible; y en la medida de lo posible usaremos calzado con velcro para favorecer la autonomía y el desarrollo psicomotriz del niño.
• Desde los 4 años hasta los 7 años, el niño tiene mucha actividad, por lo que debemos asegurarnos que el calzado evite lesiones, que le proteja el pie.
• A partir de los 7 y hasta los 14 años, el niño comienza a establecer el patrón de marcha adulta. En esta etapa son ellos quienes eligen el calzado, pero no debemos olvidarnos que sus pies no están aún totalmente desarrollados y normalmente las modas no suelen ofrecer el calzado más adecuado.

Durante todo el desarrollo del niño, es muy importante vigilar los pies del por si aparecen roces.

10 Consejos sobre el calzado infantil

1. El zapato debe tener mayor longitud que el pie, alrededor de 1-1,5 cm más grande que el dedo más largo.
2. Los zapatos deben cambiarse con frecuencia guiados por el crecimiento del pie.
3. La punta del zapato debe ser ancha y larga, para que puedan mover los dedos libremente.
4. Fomentar la deambulación con el pie descalzo por terreno irregular, siempre con seguridad, ya que favorece el desarrollo del niño.
5. El material del calzado debe ser de pieles flexibles y transpirables, para evitar la humedad y así la infección por hongos.
6. Aunque el zapato sea nuevo, no debe dañar al niño.
7. No usar calzado que cubra el tobillo.
8. La suela debe ser suficientemente flexible para permitir la movilidad de las articulaciones.
9. El pie ha de entrar sin forzar y en ningún el niño caso debe sentir opresión.
10. No es aconsejable heredar zapatos, ya que la manera de caminar de cada niño es muy particular y cada uno de ellos desgastará la suela de manera diferente.