Ozono - Calidad del aire
Los efectos del ozono en la salud de las personas varían según la sensibilidad del individuo y de la concentración de ozono en la atmósfera. La mayoría de las personas deben adoptar precauciones cuando los niveles de ozono superen los valores de aviso a la población (180 microgramos por m3 de aire durante 1 hora).
A partir de 240 microgramos/m3 durante 1 hora se considera umbral de alerta a la población, y hay que extremar las precauciones citadas.
Grupos de población especialmente sensibles:
- Niños: son el grupo de mayor riesgo a la exposición, sobre todo cuando están al aire libre realizando actividades físicas.
- Adultos que practican actividades físicas prolongadas en el exterior, ya que se respira más rápido y profundamente y en estos casos se facilita la penetración de ozono en los pulmones.
- Personas con enfermedades respiratorias como asma o bronquitis crónicas; el ozono puede agravar y aumentar la frecuencia de las crisis respiratorias.
- Personas especialmente sensibles al ozono y que sin razón conocida sufren más los efectos que el resto de la población.
Recomendaciones:
- No realice esfuerzos físicos prolongados al aire libre.
- Evite los desplazamientos innecesarios con el vehículo.
- Evite el contacto con alérgenos, polen o animales.
- Use el transporte público o medios no contaminantes.
- Utilice el aire acondicionado a temperatura no inferior a 25º C.
Efectos del ozono en la salud humana:
- Deterioro de la salud pulmonar.
- Irritación en ojos, nariz y garganta.
- Malestar en las vías respiratorias y tos.
- Mayor incidencia de ataques asmáticos.
- Cefaleas.
- Alteración del sistema inmunológico.
Efectos del ozono en los ecosistemas:
- Menor rendimiento y calidad de cultivos y árboles.
- Mayor predisposición de las plantas a ataques por plagas de insectos o enfermedades.
- Menor crecimiento de las hojas y otros órganos vegetales.
- Síntomas en las hojas: partes decoloradas, pigmentadas o necrosadas.